miércoles, 13 de febrero de 2008

Prólogo

La veo todos los días y sé que no puedo hablarle. Mantengo durante horas la mirada en el punto verde de su cuenta del Gtalk para sentir que está algo más cerca, pero al final no estoy más que dándome cabezazos contra una pared.

He visto blogs que se abren por recomendación médica, simplemente a modo de desahogo o para canalizar algunos sentimientos, por lo que ante la falta de alternativas viables comprobaré si escribir lo que nunca podré contar sirve de algo, aunque sea contárselos a todo internet (no está mal para algo que no se puede contar).

Esta es una historia de amor, no sé si al uso, pero bastante vulgar y carente de interés. Sin embargo me veo atrapado en ella sin salida, y sin posibilidad de una mínima válvula de escape, con la obligación de mantener el tipo y la sonrisa frente al mundo, mientras me encierro cada mañana en el baño del trabajo para llorar y poder tirar un día más.

Es absurdo, soy consciente de ello, el amor es un compendio de hormonas e intereses de lo más burdo, pero el desequilibrio químico que tengo no puede tener otra definición.

No hay comentarios: