Seguramente ya lo tendrás olvidado, no habrá causado más impacto en tu mente que lo que duró el momento, pero yo intento evocar los besos que te di, una y otra vez sumido en el recuerdo ante la falta de más contacto contigo.
Recuerdo el sitio exacto, y cada vez que paso por allí me detengo en medio de la calle para sentir como te acaricié la cara y te besé, a veces incluso cierro los ojos ante la sorpresa de algún transeunte.
Me devano los sesos intentando comprender si lo breve de tus labios se debió a tu indiferencia, a tu sorpresa o a que tu boca pequeña no te permite dar rienda a la pasión de forma espontánea... pasión, de ilusión también se vive, pero no se come, y así vivo parado en medio de la calle con la ilusión de aquel momento, y con la inadicción de ahora.
martes, 26 de febrero de 2008
El sitio exacto de un recuerdo
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Los mails que nunca te escribí
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