Es para darme de hostias o pegarme un tiro.
Me llama otra vez para que la ayude con otro tema profesional, me siento a su lado y puedo olerla, incluso ver sus zapatos y calcetines de divertidos colores, sus piernas... pero presto atención porque necesita cierta información rápidamente.
Vuelvo a mi sitio y busco lo que necesita, seguimos en contacto por Gtalk, donde incluso me hace algún comentario relativo a que alguien se ha dejado abierta la puerta y ella sigue resfriada.
Le envío la información y algo de material adicional, todo a tiempo, he quedado genial como compañero.
Voy a su sitio para preguntarle si todo está bien y me dice que sí, que gracias.
Entonces el imbécil patético va y le pide "llámame este fin de semana, te echaré de menos".
Evidentemente ella sonríe sin saber muy bien como reaccionar... ¡hay que ser gilipollas!
Si al menos le hubiera dicho "llámame y follamos" (sí, repito la gracia) habría sido algo concreto, o al menos algo con sentido, pero "llámame que te echo de menos"... mierda de niño llorón.
viernes, 15 de febrero de 2008
La guinda patética
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario