miércoles, 20 de febrero de 2008

Love actually

Como guinda a la performance que emulaba la escena de los carteles de Love Actually le hice un regalo de Navidad: la propia película de Love Actually.

Desde hacía varias semanas le había hecho algunos comentarios de la película, y casualmente alguna amiga suya también se la había referido, así que pensé que, para que me tuviera algo más presente durante las vacaciones, le regalaría la película y cuando viera la escena se acordaría de mí.

Sin embargo los planes no siempre salen según lo previsto, y la copia estaba defectuosa, con lo que a la vuelta de vacaciones me dijo que no había podido ver la película.

Tampoco supuso mayor problema prestársela, y en poco días me comentó que la había visto, que la película ni fu ni fa, pero que cuando se encontró con la escena de los carteles no pudo evitar reirse de la sorpresa. Su marido la miró extrañada, y ella tuvo que disimular el motivo real de sus risas. Ahí estuve yo en su mente, interponiéndome con un secreto entre ellos y compartiendo algo que sólo queda para ella y para mí.

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