lunes, 14 de marzo de 2016

¿Por qué vuelves?

Pasó lo que pasó. Me despedí dejándote anotado en un post-it la dirección de este blog como un cierre del círculo, un punto final. Desconozco si lo llegaste a leer, pero la intención era soltar esa amarra... y parecía haberlo conseguido.

Pasaron meses, quizás algún año sin que supiera de ti, ni te viera y, lo que es mejor, ni tan siquiera tuviera intención de saber o ver. Pero por avatares del destino te volví a encontrar con cierta regularidad.

Tras la impresión inicial me quise dosificar, y parecía un reencuentro revestido de normalidad, pero algo bullía en mi subconsciente sin siquiera yo saberlo.

Y llegamos al día de hoy, cuando ya sólo te veo de forma muy esporádica y apenas intercambiando un saludo, pero mi subconsciente repiquetea con tu imagen y con el deseo frustrado de aquella probabilidad aparente.

Se van haciendo recurrentes los sueños en los que apareces. Esta vez no son sueños figurados y conscientes, sino que son sueños reales y subconscientes. Es paradójico hablar de la realidad de un sueño, máxime cuando al despertar vuelve a ser irreal.

Me pregunto por qué vuelves a mi mente, pero a la vez me agrada volver a compartir contigo unos instantes de intimidad cada noche, aunque sólo sea en la realidad de los sueños.

miércoles, 9 de marzo de 2016

El mal sueño

Pasan los años y muchas cosas han cambiado.

Ya no somos compañeros de trabajo, pero alguna vez al volver a verte no pude reprimir soltarte un "te quiero" en lugar del protocolario buenos días.

Muchas cosas han cambiado, pero otras quedan.

Por fortuna ya no tengo esa ansiedad constante, en parte controlada al no verte a diario, pero una inquietud en forma de mariposas en el estómago me sigue surgiendo cada vez que coincidimos. Intento aparentar normalidad, intento que fluya alguna conversación protocolaria, pero en ocasiones de forma atropellada, pues lo que realmente deseo es poder besarte.


Hasta que un día la conversación empezó a fluir mejor de lo normal, nos acercamos y sin que nadie nos viera nos besamos. Te acaricié la cara mientras tú acariciabas la mía, te volví a besar y dije "pensé que nunca llegaría este momento"... y desperté en uno de los momentos más frustrantes que recuerdo en mi vida. Mi subconsciente, quizás queriendo aplacar mi ansia de ti, hizo que pasara del cielo al duro y frío suelo en cuestión de décimas de segundo. y en ese momento comprendí que han pasado los años, que muchas cosas han cambiado, pero que otras quedan.