viernes, 22 de febrero de 2008

No llovió, pero...

"He quedado a las 9 para spinning. Bs"

Ese fue el SMS que me escribió a las 20:46, casi dos horas después de que yo le dijera que podríamos coincidir haciendo deporte.

Como ya la voy conociendo no puedo interpretar nada de este mensaje, aunque me extraña que tardara tanto en contestar. Efectivamente es complicado quedar con ella, muy difícil hacerlo de forma planificada y prácticamente imposible de forma imprevista, pues siempre tiene un montón de cosas que hacer. Ahora bien, ¿por qué esperar dos horas y no darme tiempo de reacción?

Quizás no haya que darle más vueltas, quizás estaba pendiente de que le concretaran lo del spinning, no sé.

En cualquier caso siempre me gusta el final de sus SMS, esos besos que me entusiasman aunque sé que los usa como fórmula general para cerrar los mensajes con todo el mundo, pero no puedo evitar pensar que los míos son de tornillo.

Lo que ha sido duro es comprobar que esta mañana ella no está aquí. Cuando no he visto su coche aparcado en el sitio habitual me he entristecido, aunque cabía la probabilidad que hubiese llegado un poco tarde. Sin embargo no, no está, probablmente haya ido a visitar a un cliente... y que esto suceda en viernes sólo sirve para prolongar la agonía del fin de semana... tres días tentado de llamarla y proponerle cosas que siempre rechaza.

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