lunes, 25 de febrero de 2008

¿Hice bien en llamarla?

El viernes llegué cansado del viaje y necesitaba escuchar su voz, así que fuera de contexto, sin nada que decir, la llamé por teléfono.

Estaba jungando con el niño, pero admitió que la interrumpiera unos minutos. La conversación fue intrascendente, quizás absurda por mi parte que le pregunté "¿qué es eso del spinning?", como si no lo supiera... yo sólo quería escucharla, me daban igual las palabras.

Después de un par de minutos acabamos de hablar y ya sólo quedó su voz y su imagen todo el fin de semana en mi cabeza.

Hoy apenas me ha dado los buenos días, está seria. No tiene nada que ver conmigo, pues me estoy volviendo transparente a sus ojos, pero me gustaría poder escudriñar su mente para acurrucarme en el hueco que me deje.

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