martes, 11 de marzo de 2008

Putrefacción

Es agónico comprobar que mi convencimiento de poder estar con ella choca cada día con la realidad. Es posible que pudiera llegar a tener algo más que su cariño, pero si no puedo pasar ni un minuto a su lado lo único probable es que me acabe olvidando o, en el mejor de los casos, teniendo tan presente como cualquier otro mobiliario de la oficina.

Cuando estos pensamientos me asaltan intento soltar lastre emocional, pero en el cuarto de baño hay un pestazo aún más insoportable, así que ni llorar tranquilo puede uno.

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