miércoles, 5 de marzo de 2008

Como los pimientos con ajo

Siento que me repito (como los pimientos asados con mucho ajo), doy vueltas sobre lo mismo, pero no puedo evitar andar en círculos y mirarla furtivamente mientras espero el momento de pedirle que comamos juntos.

A veces voy al baño, o a la impresora para verla trabajar. En ocasiones tengo suerte y alza la vista indiferente, la mayoría permanece centrada en su tarea.

Abro su ventana en el GTalk como si la llamara por teléfono, descolgara y no dijera ni palabra, pero sintiendo que está ahí.

Ahora me pregunto cuál será el momento más adecuado para sugerirle que comamos, y cómo hacerlo. ¿Quizás por mail? ¿qúizás por la mañana al llegar en esos segundos que interactuamos? ¿quizás por GTalk?

Dado que el mail y el GTalk están silenciados desde hace días creo que lo más adecuado es hacerlo en persona, usando estos medios para concretar los detalles.

No sé si mañana es un buen día, o quizás el viernes, simplemente para decirle que hace mucho que no nos pegamos una charla, y que podríamos quedar para comer o merendar la semana que viene. Creo que el viernes le puedo hacer el comentario y el lunes pedirle la comida, pues tengo que jugar con que ella no se planifica a largo plazo.

La semana que viene tengo que buscar el restaurante, alguna heladería o tetería cerca, algún sitio para pasear... luego seguro que me deja poco tiempo, pero al menos debo preparar el terreno.

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