lunes, 10 de marzo de 2008

No hay comida, pero...

Tras un fin de semana espantoso, en el que no me la he podido quitar de la cabeza ni un instante, se me ha ocurrido una forma despreocupada de pedirle que comamos juntos. Para no mostrar mi absoluta desesperación le he dicho que tengo una semana complicada en el trabajo, con varias reuniones por la tarde y algún viaje, pidiéndole que me dijera qué día le venía mejor.

El resultado es que ninguno. Sin embargo parece que no es por nada personal, sino que su agenda sí que está complicada. Su mail de respuesta ha sido este:
"Uf, yo esta semana la tengo complicada porque, además de ir también de viaje un día, no se aún cuando. Mi partner está de viaje de trabajo y lo tengo complicado."

Entiendo que si su marido está de viaje se tengan que repartir el cuidado del niño, lo que le deja poco movimiento.

Así que lo que he hecho es intentar hacer coincidir su viaje con el mío. Es como jugar a los dados, con una probabilidad de 1 entre 4 (los días de esta semana). Me ha dicho que el miércoles no puede, así que he quitado ese día apra mi viaje: probabilidad de 1 a 3.

Aunque posiblemente tengamos compañía estaría cerca de ella un mínimo de cuatro horas, y aunque sea de charla intrascendente oír su voz me reconfortaría.

No hay comentarios: