viernes, 7 de marzo de 2008

No saber qué decir

Me recibe esta mañana con una sonrisa, alarga la charla unos instantes, me llama para que hablemos del favor que le pedí... yo yo no sé que decir. Me he metido tanto en mi papel profesional, de no dejar vislumbrar nada de lo que llevo dentro, que cuando ella tiene ganas de charla (me habla del frío que hace, de sus catarros, de su niño...) yo no sé que decir. Mi mente está nublada ante sus ojos.

Hoy he estado absorto escuchando su voz, sus problemas al respirar, no necesitaba estetoscopio para oír sus bronquios... pero no he sabido articular palabra.

¿Hasta dónde es positivo aparentar normalidad? Desde luego si muestro mis sentimientos la aburriría, con lo que por esta vez supongo que no está mal, pero con las poquitas ocasiones que tengo para estar cerca de ella me jode infinito no poder hacer más que estar con las orejas tiesas.

No hay comentarios: