martes, 4 de marzo de 2008

La primera comida

Tras unos meses desde que llegó a la empresa, y tras haberle dado varias señales de que había algo que noera normal, me decidí a comer con ella.

Realmente no hubo nada de particular en la invitación, dos compañeros de trabajo que en comen juntos en su hora de comida, pero le intenté dar una trascendencia que resultó en algo bastante lamentable.

Dado que teníamos una hora no me planteé ningún sitio especial, sólo un sitio de menús en el que no nos encontráramos a compañeros de la oficina. Lo cierto es que la comida estaba bastante mala, y el sitio era muy poco glamuroso.

Cuando subió a mi coche le puse la canción "Te necesito" de Amaral, aunque ella no le prestó mayor atención que para decir que Amaral le gustaba.

Todo el rato estuve apesadumbrado, nervioso, como intentando dar pena, pero bastante patético, creo.

Le conté lo que me pasaba y ella dijo sentirse alagada... y ya está. Fue muy diplomática, y me desarmó al primer segundo, pues tampoco es que yo pusiera mucho más de mi parte.

Después de aquella actuación estelar me retiré un tiempo, hasta volver a ver una ocasión más propicia varios años después.

La segunda comida estuvo mejor, ya con las cartas sobre la mesa y en un restaurante un poco mejor. Sin tanta limitación de tiempo (ella ya estaba con jornada reducida por haber tenido al niño) pude explayarme, y aunque estuve muy nervioso y ella tenía un catarro de cierta consideración fue la primera vez que le acaricié sus manos y, ante mi sospresa, ella no mostró ningún rechazo a las caricias, que fueron repetidas.

Lo cierto es que pasé un par de horas gloriosas con ella, sentí que estaba haciendo camino y que había camino por recorrer, y ahí enfrentamos nuestros proyectos, ella decidida a que lo nuestro puede ser una amistad interesante, yo decidido a conquistarla.

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